Parto en casa


A algunas mujeres no les satisface la idea de ser hospitalizadas cuando no están enfermas. Si éste es su caso –o si cree que el mejor lugar para nacer es en casa– quizá debería plantearse dar a luz en casa. Las ventajas son obvias: el recién nacido llega rodeado de familiares y amigos en un ambiente cálido y afectuoso, y usted podrá dilatar y dar a luz en la comodidad y la intimidad de su propio hogar, sin los protocolos ni el personal hospitalarios que interfieran en el proceso. El inconveniente es que si surge algún imprevisto, no tendrá a su alcance el equipo médico necesario para una cesárea de emergencia o para la reanimación del recién nacido. Según las directrices de muchos colegios de comadronas, si se plantea un parto en casa, debería hallarse dentro de los siguientes parámetros: • Debe encontrarse dentro de la categoría de embarazo de bajo riesgo –sin complicaciones como la hipertensión, la diabetes u otros problemas médicos crónicos– y no tener en su historial obstétrico ninguna dilatación y/o parto previos complicados. • Ser atendida por un médico o una comadrona. Si la atiende una comadrona, ha de tener a su disposición un médico de referencia, preferiblemente uno que la haya visitado durante el embarazo y que haya trabajado ya con su comadrona. • Tener un medio de transporte disponible y vivir dentro de un radio de 40 kilómetros de un hospital si las carreteras son buenas y no hay problemas de tráfico, o de 15 kilómetros en caso contrario.

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