Partos Leboyer


Cuando el obstetra francés Frederick Leboyer presentó por primera vez su teoría del parto sin violencia, la comunidad médica lo recibió con escepticismo. Actualmente, sin embargo, muchos de los procedimientos que propuso se han acabado convirtiendo en rutinarios, ya que iban destinados a hacer más tranquila la llegada del recién nacido al mundo. Hoy en día, los bebés suelen nacer en salas de parto sin luces deslumbrantes que antes se consideraban necesarias, basándose en la teoría de que una iluminación más suave puede hacer más gradual y menos impactante la transición desde la oscuridad del útero a la claridad del mundo exterior. Colgar boca abajo al recién nacido y darle golpecitos en las nalgas ya no forma parte de la rutina, ya que se prefieren procedimientos menos agresivos para inducir la respiración, cuando ésta no se inicia por sí sola. En algunos hospitales el cordón umbilical se corta inmediatamente; en otros, en cambio, este último vínculo corporal entre la madre y el bebé se mantiene intacto cuando se ven las caras por primera vez (y hasta que deja de latir). Y aunque el baño de agua tibia recomendado por Leboyer, pensado para suavizar la llegada del bebé y graduar su transición entre un espació húmedo y uno seco, no suele ser habitual, sí que es corriente, en cambio, poner al bebé inmediatamente en los brazos de su madre. A pesar de la creciente aceptación de muchas de las teorías de Leboyer, el nacimiento completo siguiendo su método –con música suave, luces tenues y un baño tibio para el recién nacido– no se practica mucho. De todas formas, si le interesa seguir este método, consulte a su especialista sobre esta posibilidad.

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